"Amar al ser humano es brindarle la oportunidad de ser escuchado con profunda atención, interés y respeto; no intentando cambiarlo, sino comprenderlo"

lunes, 15 de febrero de 2010

La Música y su Magia



Un evento musical es una unidad. La música es inseparable del acto de la música, tal como lo es el músico y la audiencia. Dentro de este acto unitario de la música, los tres
participantes: música-ejecutante-audiencia, son una globalidad, manteniéndose la integridad individual de cada parte. La grandeza del acto de la música consiste en una estructura con tres componentes.

Es difícil argumentar en favor de la intencionalidad de la música, atribuirle una capacidad voluntaria, el poder de desear ser por sí misma. La música desea ser oída y pide que le den oídos y voz. El músico puede corroborar el impulso creativo que tiene el deseo de ser de la música, también puede hacerlo la audiencia. Se produce un cambio en nosotros, nos volvemos más vitales, más dispuestos a involucrarnos en la vida. Este vuelco en la vivencia
del acto de la música es un salto creativo en el cual la música, el intérprete y la audiencia son la misma persona, sin reservas, sin separaciones. Esta experiencia está disponible para todos nosotros directamente, o a través de una persona que haya tenido esta experiencia, que es más convincente que cualquier argumento,

La música es colocar el sonido en puntos críticos y necesarios, los que están dentro de un campo de silencio. Una estructura de sonido se coloca dentro de un campo lleno de vacío. La organización de la música es la arquitectura del silencio. El sonido no es la música, sino sólo su representación.

La calidad de la música, la musicalidad de la música, acepta las limitaciones de la forma y las restricciones del sonido, para llevarla al mundo donde los sonidos se escuchan. La musicalidad sacrifica sus posibilidades en el mundo del silencio inmanente para llegar a ser realidad. Este sacrificio hace posible la transformación del sonido en música por un proceso en el cual el sonido se ordena y se relaciona con las posibilidades presentes dentro del silencio. Sin este sacrificio, el sonido permanecería siendo sonido. Y si el sonido no acepta ser ordenado, degenera en ruido.

La cualidad de la música es eterna. El sonido y las maneras de organizarlo varían en las diferentes culturas, tiempos y lugares. Existe el sonido del sonido, los esquemas del sonido, el esquema del esquema, y la calidad del esquema. También existe el sonido de la cualidad, el esquema de la cualidad, y la cualidad misma.


Sonido y Chakras

1.- Chakra base.-Proporciona la energía vital, pero bien estimulado puede ampliarnos la consciencia respecto a las propias aptitudes en una vida anterior y hacer disminuir los temores. Es la sede de la kundalini. Los sonidos sagrados que lo equilibran y estimulan son:
- Tono do mayor
- Bajo e instrumentos de percusión
- Sonido vocálico de U larga.

2.-Chakra sacro.-Es el centro que influye en las sensaciones y emociones. Está vinculado a la consciencia y a la creatividad. Controla la mayor parte de funciones referentes a la personalidad y puede estimularse para que la persona establezca comunicación con las energías y los seres en el plano etérico. Los sonidos sagrados que lo equilibran y estimulan son:
- Tono re por encima del do mayor
- Bajo, percusión, bronces e instrumentos de viento de madera
- Sonido vocálico O larga.

3.-Chakra del plexo solar.-Va ligado a la función de la clarisensibilidad y en general a las energías y experiencias psíquicas. Posee también vínculos con los procesos de pensamiento racional. Cuando se activa con objetivos no físicos puede revelarnos actitudes y capacidades de otras personas. Puede estimular nuestra sintonía hacia la influencia de la naturaleza. Los sonidos que lo equilibran y estimulan son:
- Tono mi por encima del do mayor
- Flautas, instrumentos de viento de madera, de cuerda y piano
- Sonido vocálico de “auh”.

4.-Chakra del corazón.-Este es el centro transmisor de los chakras; despierta la compasión y su expresión en nuestras vidas. A través de él expresamos el amor superior y las energías revitalizadoras. Adecuadamente estimulado, se consigue una visión sobre las fuerzas más profundas en plantas y animales. Despierta el conocimiento respecto a los sentimientos y disposiciones de los demás. Los sonidos que lo estimulan y equilibran son:
- Tono fa por encima del do mayor
- Arpa, órgano, flauta, carillón y todos los instrumentos de cuerda
- Sonido vocálico de A larga.

5.-Chakra de la garganta.-Este centro está vinculado a las funciones del hemisferio derecho y a las funciones creativas de la mente. Puede estimularse para aumentar la clariaudiencia, también para examinar los pensamientos de los demás (telepatía) y abre la consciencia para penetrar en las verdaderas leyes de los fenómenos naturales. Los sonidos sagrados que lo equilibran y estimulan son:
- Tono sol por encima del do mayor
- Arpa, órgano, piano e instrumentos de cuerda agudos
- Sonidos vocálicos de E, I, U y A cortos.

6.-Chakra de la frente.-Es el centro de la clarividencia superior y el magnetismo total del cuerpo (los aspectos femeninos de nuestras energías). Nos abre hacia percepciones mayores y más claras. Está implicado en el proceso de la imaginación y la visualización creativa. Nos lleva hacia la visión espiritual. Los sonidos que lo equilibran y estimulan son:
- Tono la por encima del do mayor
- Arpa, órgano, piano, carillón de viento e instrumentos de cuerda agudos
- Sonido vocálico de E larga.

7.-Chakra de la coronilla.-Este chakra es el vínculo con nuestra esencia espiritual. Nos sitúa junto a las fuerzas superiores del universo; es muy efectivo en la purificación de nuestros cuerpos sutiles, especialmente en cuanto a prepararlos como vehículos de consciencia aparte. Puede trasladarnos a todas nuestras vidas anteriores y a la forma en que hemos llegado a la presente encarnación. Es imprescindible a la hora de integrar nuestro yo espiritual con el yo físico en las circunstancias de nuestra vida actual. Los sonidos que lo equilibran y estimulan son:
- Tono si por encima del do mayor
- Arpa, órgano, piano, carillón de viento e instrumentos de cuerda agudos
- Sonido vocálico de E larga.

Ted Andrews

Extractado por Pablo Cáceres

Elementos curativos de la música

Podemos utilizar los ritmos musicales, tonos, instrumentos y vocalizaciones para que actúen recíprocamente con las diversas actividades de los sistemas fisiológicos del cuerpo. Para trabajar con la música en el campo de la curación es imprescindible comprender la relación que existe entre el sistema de los chakras y los aspectos físicos y sutiles de nuestras energías.




Los chakras son los principales mediadores de toda la energía existente en el cuerpo y de la que penetra en él. Transmiten los impulsos electromagnéticos de nuestro sistema de energía. Los chakras absorben la energía y ayudan al cuerpo a distribuirla en sus distintas funciones físicas, emocionales, mentales y espirituales. Aunque no formen parte del cuerpo físico, vinculan el sutil campo de energía que rodea al cuerpo físico y sus distintas actividades.

Los chakras se hallan básicamente conectados a las funciones del cuerpo físico por medio de las glándulas endocrinas y el sistema vertebral. Transmiten energía hacia adentro y afuera del cuerpo por medio de los distintos contactos vertebrales. La distribución se produce en todo el cuerpo a través de las vías nerviosas y el sistema circulatorio. En su recorrido, todos los órganos, tejidos y células reciben energía para sus distintas utilizaciones. Pueden utilizarse tonos, ritmos, instrumentos y vocalizaciones para estimular, equilibrar y establecer una relación recíproca con el fluido de energías electromagnéticas de los chakras. Puesto que conectan con lo físico, podemos utilizar los mismos tonos, ritmos, instrumentos y vocalizaciones para conseguir los efectos deseados en los órganos físicos y los sistemas del cuerpo correspondientes.



La magia de la música

Todos somos musicales. Cada persona posee en su interior este don; la música nos ha rodeado y alimentado desde el momento en que fuimos concebidos: desde los sonidos que nos llegaron a través de los líquidos amnióticos durante el embarazo de nuestra madre hasta los rítmicos latidos de nuestro propio corazón. La música y el ritmo son vida. La música es revitalización, y debería formar parte consciente y activa de nuestras vidas, y no limitarse a escucharla o utilizarla para llenar vacíos de silencio en nuestras vidas. Tenemos que darnos cuenta de que la música encierra todas las maravillas y la clave de los milagros de la vida: naturales y espirituales.

El niño responde al sonido incluso en el útero. Ahora la tierra es nuestra madre y tenemos que aprender a trabajar con los sonidos de la tierra con creatividad. Nadie tiene que poseer un “don” para sacar provecho del trabajo con el sonido y la música sagrados. Los músicos han tomado lo que se ofrece a todos nosotros, y lo han enaltecido y hecho suyo. Aunque nosotros no podamos ser músicos, ¡ todos podemos ser musicales !

Las consecuencias de una elevada consciencia y la comunicación divina viven en la música. Cuando se interpreta, la música continúa vibrando en el campo de la energía mucho después de que el sonido actual se haya desvanecido de la conciencia audible. Este fenómeno dice mucho sobre los efectos espirituales y continuos de la música. Incluso plantea que la posibilidad de comunicar con lo invisible es inconmensurable.

El Sonido como Fuente Curativa



Nuestro cuerpo es capaz de discernir entre los sonidos beneficiosos y perjudiciales y responder a ellos en conformidad. Tales respuestas afectan a los estados físicos, emocionales, mentales y espirituales, aunque muchas personas no son conscientes de los efectos hasta que no se produce una respuesta física. Podemos detectar de forma auditiva cuando se ha producido el equilibrio, a través del sonido de nuestra voz.

Podemos utilizar al sonido como fuente de energía para actuar recíprocamente con otras energías, ya sea a través de la música, la voz u otro origen, ya que constituye un medio efectivo para alterar los campos e impulsos electromagnéticos de una persona o un medio. Esto significa que, en caso de producirse un desequilibrio en los parámetros normales del cuerpo (ya se trate de un órgano específico o de un sistema en concreto), podemos utilizar el sonido sagrado en una de sus formas o combinaciones como ayuda para el restablecimiento de la homeostasis, aliviar el dolor o acelerar la curación.

Como fuente de energía, puede utilizarse también como medio para el cambio en la consciencia. Ayuda en la concentración, la relajación, el aprendizaje, la creatividad y el aumento de la comprensión de los estados psico-espirituales. Actúa de forma recíproca con el cerebro y ayuda a alterar sus frecuencias de ondas para facilitar dichos procesos.


El Soplo y el Espejo




Un disco cruje, como una piedra en el silencio mineral de antes de la creación. De súbito, un soplo, una nota de flauta que se expande, que se extiende hasta saturar el espacio, que se estira y crea el tiempo, que penetra en el cuerpo a la manera de un barreno. La música, aún si no se hace más que escucharla, lleva en ella al momento de su aparición esta potencia creadora. Actuando sobre nuestro cuerpo y nuestro espíritu, por su sonido, su ritmo, su melodía, su armonía, ella nos transforma y nos vuelve a crear, modifica nuestra visión del mundo y nuestra relación con él. En todo tiempo, los pensadores y los hombres políticos, han constatado este poder que encierra la música; los unos han intentado explicarlo, como Pitágoras, los otros han ensayado apoderarse de él y ponerlo al servicio de su causa, como los teóricos del realismo musical
en la Unión Soviética.

En tiempos más lejanos todavía, antes de la aparición de todo lenguaje escrito, sin duda aún antes de la aparición del concepto y de la idea, los chamanes golpeaban candenciosamente el gran tambor, provocando el trance o la curación. La música, al ser originalmente religiosa, tenía por finalidad religar el sujeto a las fuerzas que lo rodeaban y abrirle el acceso a mundos invisibles.

En la prehistoria, aún la más alejada de nuestra época, nunca en ninguna cultura se debilitó esta fe en el poder de la música. Los chamanes siberianos golpeaban el tambor y los indios americanos entonaban sus cantos del peyotl. Por todas partes, se hacía música. Para elevar el alma, exaltar las pasiones, mecer, encantar, marchar, danzar, trabajar, soñar. Y cada cual captaba intuitivamente que ese poder musical es el más grande que existe, el poder mismo del verbo: el poder de crear.


El dial del receptor F. M. se desliza lentamente, y van apareciendo: canciones de amor, música indú, Bach, rock, música del Maghreb, Mozart, música árabe, danzas regionales españolas, Liszt, música africana tradicional, Beethoven, bailes griegos, folklore latinoamericano. Los sonidos vienen de todos los horizontes, familiares o extranjeros, ecos instantáneos de múltiples culturas y lenguajes. Una puerta que lleva a la torre de Babel; todas las civilizaciones y todas las lenguas se codean, a la vez muy diferentes y por fuerza muy próximas. La música se revela como un espejo que refleja cantos y aspiraciones específicas de cada uno, espejo de nuestro mundo contemporáneo, sacudido por el progreso de las comunicaciones, donde las ideas, las artes, los valores se confunden y mezclan.

La edición musical ha llegado a ser una industria pesada: inversiones enormes y cifras de venta astronómicas. Este desarrollo ha originado la utilización del marketing y la generalización del sistema-estrella. Este aspecto económico de la vida musical modela directamente nuestro universo sonoro. La práctica de la insistencia radiofónica condiciona al auditor y lo transforma en un consumidor de música. Las técnicas publicitarias se han adueñado del asunto y venden la música como cualquier otro producto.
Se innova exhumando obras de compositores olvidados, se cuida más que nunca la imagen de las estrellas de rock. Debido a que la música ha estado siempre determinada por una necesidad social, vivimos hoy día con la coexistencia de las músicas más diversas en el seno de nuestro mundo, un fenómeno social sin precedentes.


Música-poder o música-espejo, la palabra viene del griego "muse"; esta musa en su origen significaba "que da sentido", o "que quiere decir". En la palabra "música", se expresa que lo musical es un atributo fundamental del ser humano, que todo hombre por naturaleza fabrica en sí mismo la música y que por otra parte es fecundado - sin hacer nada para ello - por la música que le es extranjera. Toda música encuentra su origen en el humano primitivo; si fuera de otra manera, se explicaría difícilmente que ella actuara sobre los lactantes y que los idiotas la practiquen.

"Que quiere entonces decir esta música cuyo fundamento es otra cosa que la razón y donde la fuerza venida del inconsciente actúa sobre el inconsciente? ¿Cual es esa fuerza y cómo actúa? " (G. Groddeck).

"La música de una época de orden es calma y serena y su gobierno equilibrado. La música de una época inquieta es excitada e iracunda y su gobierno va de través." (Lu Bou We.)

Dominique Dussaussoy



Traducido y extractado por Carmen Bustos de
Question de, Nº 54
Editions Retz
París

Música y Psicosomática




Para los pitagóricos, la música es un medicamento pues ella es la más alta expresión de la armonía. Las bases de la estética son idénticas a las del conocimiento y, en consecuencia, de la medicina. Ellas se sitúan en la comprensión de las relaciones entre las cosas y en lo que expresan estas relaciones: la proporción. Según Pitágoras, no existen más que dos modos posibles de relación: relaciones espaciales o de simultaneidad y relaciones temporales o de sucesión.

La música es entonces el arte más completo y el más poderoso porque se despliega en estos dos modos:


simultaneidad = armonía.
sucesión = melodía.

combinándolos en un conjunto estructurado.

Esta noción de una música en sí terapéutica se encuentra también en la medicina china tradicional. Y es en la arquitectura de la gama pentatónica que encontramos la expresión más condensada de todas las reglas
a las cuales obedece la medicina china en su dialéctica del yin y el yang: “Las cinco vísceras están ligadas a las cinco notas musicales que pueden ser discernidas y reconocidas. Desde el punto de vista dinámico:
la pareja yin-yang representa la unión armónica, la acción concerniente que se espera coger al fondo de toda antítesis. El contraste yin-yang compone una especie de espectáculo que pareciera estar reglamentado por un orden músical” (M. Granet).

Las concepciones chinas son entonces la expresión de una teoría unitaria del organismo humano. “La China ha reconocido en la música la suprema verdad a la cual no pueden más que obedecer tanto el cuerpo como el espíritu, tanto el universo como la sociedad humana”. (Jean Choain).

En Europa, no hay duda que la música fue utilizada con fines de éxtasis o de curación durante los primeros siglos de nuestra era. Pero estas músicas terapéuticas permanecieron largo tiempo como el patrimonio de tradiciones religiosas próximas al animismo y, como tales, combatidas por la Iglesia.

EL REFLEJO DEL ALMA

El Sonido del Alma



Hay acuerdo en reconocer que la música en general lleva consigo un poder y que ciertas obras musicales producen un efecto indiscutible sobre el cuerpo y el espíritu. Resulta interesante abordar esta dimensión esotérica del mundo musical.

Para empezar, es necesario recordar que estas prácticas musicales son motivadas, no por una búsqueda estética, sino por la búsqueda de los poderes que ellas procuran. La potencialidad estética está incluida en el conjunto de esos poderes. Este poder se constata por sus efectos. En ciertas músicas orientales, menos en las artísticas que en las populares, se busca un efecto y se mide la cualidad de la música por los efectos que ella produce. Yo he estudiado la música mística sufí y las formas populares que de allí se derivan y que han conservado su carácter, y he sido llevado a plantearme la famosa pregunta., ¿en qué residen los poderes de la música?

Existe seguramente una infinidad de respuestas. Una de ellas, muy dogmática, y que he sido motivado a relativizar, considera que los intervalos o los tonos previstos producen efectos también previstos. Existe a ese respecto toda una especulación que se apoya sobre Pitágoras y la escolástica griega y que ha influenciado al Islam. Pero la experiencia muestra que el poder no reside en la elección de tal escala o de tales tonalidades, porque, cuando se ejecuta, no se aplican estas leyes matemáticas de manera muy precisa. El poder no se deja traducir en ecuaciones.

Existen respuestas relativistas evocando un fenómeno de condicionamiento: se está habituado a entrar en un cierto estado al escuchar cierta música. Al escuchar tal música se pasa inmediatamente al estado de trance, por ejemplo. No se podría negar este fenómeno; pero todas estas respuestas no son más que parciales. En el hecho hay un conjunto de factores en juego. El timbre del instrumento debe ser tomado en consideración, los intervalos tienen un cierto efecto, el condicionamiento, la respuesta refleja, el fenómeno cultural, y sobre todo la naturaleza del auditor y del intérprete, todo esto juega un cierto rol. Una respuesta que pudiera ser más satisfactoria se perfila al abordar el tema del poder interior del ejecutante.

Para transmitir un influjo, el ejecutante debe tener él mismo un cierto poder que viene de la calidad de su concentración, de su meditación. Algunos dicen que este poder está ligado a su grado de pureza interior, otros que esto se manifiesta porque el ejecutante está ligado a una línea iniciática que le da una especie de barakapermitiéndole transmitirla a través de su música. Yo he visto casos extremos donde la forma musical no tiene nada que ver; músicos animados de una fuerte espiritualidad provocan efectos increibles ejecutando motivos muy simples. Esto me parece que es uno de los ejes fundamentales. Se ve raramente un músico que llegue a fascinar a la gente sin tener en sí mismo esta especie de fuerza interior. Por lo demás, esto es lo que constituye el beneficio de una tradición: se es iniciado a una cierta forma de espiritualidad a través de la música. Todo marcha junto.

Por otra parte, la forma de la música misma hace que ella sea capaz de transmitir un poder o no. Si alguien trabaja sobre bases musicales que no corresponden de ninguna manera a las leyes de la naturaleza, como se observa a menudo en occidente hoy día, su espiritualidad no se puede expresar tan bien como la de un Bach por ejemplo. Es necesario distinguir, por un lado, algo que podría llamarse la intención o la motivación y, por otro, los medios utilizados. Me digo a veces que si Beethoven hubiera sido un músico indio, persa o turco, su música hubiese sido tal vez aún más emocionante, porque las leyes que él hubiera aplicado son más fundamentales que las de la armonía.

Es imposible concebir los poderes de la música separados de una referencia al sistema tonal o modal. El sonido de un instrumento encierra en sí mismo las leyes de la organización de la tonalidad. La nota fundamental y sus armónicos se organizan naturalmente de una manera precisa. Son cosas con las cuales no se puede hacer trampas. Desde este punto de vista, conviene no separar el Oriente del Occidente. Toda Europa obedece a casi las mismas leyes melódicas que la China, la India, Persia y los países Arabes. La música europea clásica tardía constituye un caso aparte; pero, en todo lugar un canto sigue siendo un canto. ¿Y cómo se podría cantar en doce semitonos?

Hablando de instrumentos, hay algunos que se prestan particularmente a la transmisión de influencias y poderes. Gente profundamente arraigada en la tradición, como los sufíes por ejemplo, nos responderán que, sin ninguna duda, ciertos instrumentos transmiten mejor que otros. En Turquía y en todo el mundo árabe, la flauta de caña (ney) es un instrumento cargado de efectos espirituales. Y esta flauta se la encuentra en el Japón como flauta de bambú en la música Zen (el sakuhachi) donde es tocada de una manera muy semejante al ney turco. Se puede difícilmente evocar una influencia cultural en el uno o el otro sentido, y sin embargo la similaridad está presente.


LA MÚSICA COMO TERAPIA

La práctica de la musicoterapia:

La música ha llegado a ser una terapia auxiliar y un remedio más o menos conocido. Médicos, psicólogos, educadores y músicos empiezan a interesarse en este tema. Algunos de ellos han realizado investigaciones acuciosas, especialmente en los Estados Unidos. Allí la musicoterapia es una profesión reconocida.

Puesto que la música afecta a todo el organismo humano, puede ser valiosa en el tratamiento de una invalidez física, ya se deba esta a poliomielitis, parálisis cerebral, distrofia muscular progresiva, enfermedades respiratorias o, también, a algunas minusvalías sensoriales como ceguera y sordera. Todo esto produce una falta de contactos físicos con el medio, o una ineptitud de movimientos más o menos graves que perturban la vida del paciente de varias maneras y en diversos grados. Los minusválidos que no son curables deben arrastrar durante toda su existencia una invalidez que los disminuye psicológicamente. A menudo necesitan ser ayudados para adoptar una actitud menos depresiva frente a su incapacidad. Algunos pueden ser pesimistas, otros rebeldes, unos se resignan, otros tratan de negar su adversidad. Junto con las terapias físicas, es indispensable dar el necesario apoyo psicológico para intentar superar la disminución de la autoestima que siempre acompaña a estas incapacidades.

Muchas enfermedades o lesiones físicas producen parálisis parciales o deficiencias en el control de la motricidad y de la apreciación espacial. Oír o ejecutar música puede ser un estímulo regulador de movimientos puesto que el ritmo provoca reflejos físicos espontáneos. El paciente que padece una coordinación muscular defectuosa y una falta de ritmo físico puede ser ayudado por el dinamismo de la música, que busca o recrea en él un sentido de ritmo ordenado que le posibilita controlar los movimientos
y aun la palabra.

La técnica de instrumentos que son golpeados -como el tambor o la batería- o sacudidos -como la pandereta y las castañuelas- puede ayudar a dirigir un movimiento en el espacio y el tiempo. El contacto manual que produce un efecto perceptual concreto con el instrumento es terapéutico en grado sumo. El proceso debe producir en el paciente las sensaciones de tensión y relajación alternadas necesarias para comenzar y completar el movimiento. Además, el paciente puede irse formando la imagen previa del movimiento que producirá el sonido que él espera oír.

La práctica en ciertos instrumentos ayuda a desarrollar músculos específicos. Así, el piano ofrece excelentes oportunidades para la flexión de los dedos, la extensión y abducción de la muñeca, la flexión y abducción de los hombros y ejercita el cuello y la espina dorsal. El violín y el violoncelo desarrollan la flexibilidad de los dedos de la mano izquierda, la flexión y extensión del codo derecho y de la muñeca, y la abducción y aducción del hombro.

La música se ha mostrado muy efectiva en el caso de pacientes con lesiones cerebrales que produzcan disminución en su coordinación motora, como síntomas espásticos, rigidez, ataxia, temblor de las extremidades superiores, trastornos de la palabras y defectos auditivos y visuales. Aun en enfermedades como la distrofia muscular progresiva, la ejecución de instrumentos musicales simples puede contrarrestar la atrofia por falta de ejercicio y retardar el progreso de la parálisis, esto agregado al efecto psicológico que produce en el paciente el sentirse capaz de desempeñar alguna función por sí mismo.

El canto ha sido siempre reconocido como beneficioso en ciertas funciones fisiológicas - tales como respirar - y un remedio en el caso de sus perturbaciones. En investigaciones sobre niños retrasados, se ha observado que muchos de estos niños padecen afecciones catarrales y adenoides que perturban su respiración y el sentido del oído. La salud general mejora como resultado de un adiestramiento sistemático de la respiración profunda y el dominio de la respiración requerida por el canto.

El apoyo que la música da a los ejercicios físicos es un hecho de todos conocido. Ella permite que aun los pacientes con menos aptitudes físicas se desempeñen mejor y durante más tiempo, sin cansarse. El ritmo musical estimula la acción corporal y alivia la fatiga física. Aun cuando este tipo de música sea insignificante desde el punto de vista de la estética musical, tiene una forma, una continuidad armónica y melódica temporal, elementos que le asignan cierto sentido a los movimientos repetidos e inexpresivos. Este efecto es observable cuando acompaña la repetición de ciertos sonidos que de otra manera podrían parecer estáticos y producir aburrimiento, fatiga o desatención. Los sonidos verbales parecen moverse con la música sobre una secuencia de acordes que se desenvuelve musicalmente hacia una conclusión lógica. Se aplica especialmente en tratamientos de foniatría.

Cuando se trata de pacientes incurables que padecen desajustes emocionales o sociales, la música puede desempeñar un valor de compensación, que no afectará la invalidez en sí misma; pero que les ofrecerá otras posibilidades de nutrir su autoestima. A nivel estrictamente sensorial el uso de la música puede ayudar al ciego a desarrollar la percepción auditiva y enseñarle a confiar en su capacidad de oír secuencias de sonidos. Además, el empleo de la música en su adiestramiento físico, colabora en el desarrollo del sentido espacial de que carece.

Para los sordos, la música puede ser físicamente terapéutica, pues corrige ciertos efectos fisiológicos debido a esa discapacidad. El niño sordo carece de ritmo corporal, porque éste se desarrolla por el oído.
Los niños normales asimilan los ritmos naturalmente a través de los diversos sonidos que se producen a su alrededor desde que nacen. Instintivamente los oye como esquemas rítmicos a los cuales su cuerpo responde y aplica a todos los movimientos físicos, incluso a los relacionados con el habla. El niño sordo, por no tener consciencia de un ritmo físico interior, puede caminar o hablar de un modo caótico.

Parece absurdo enseñar música a los sordos, pero en este caso el aprendizaje se reduce a formas simples de vibraciones rítmicas. El niño las percibe por canales nerviosos diferentes de los auditivos: por su piel y su sistema óseo. Le pueden llegar las vibraciones musicales a través del piso de madera sobre el que baila, del parche del tambor que golpea, del costado de un piano sobre el que se apoya mientras alguien lo toca, o colocando los dedos sobre la caja de un violín o guitarra que está sonando. De esa manera logra percibir las vibraciones, sentir y memorizar sus esquemas rítmicos, y luego puede aplicarlos en su habla lo mismo que en sus movimientos físicos, aun en el baile.

Las nuevas técnicas sobre dinámica de grupo:

Ellas abren un amplio espacio a la aplicación de la musicoterapia. Se ofrece una oportunidad de desarrollar relaciones personales en grupos formados por pacientes de diversos tipos de enfermedades; pero que tienen un factor en común: la soledad y el desajuste social. Cualquiera que sea la naturaleza de la enfermedad, ésta aisla al paciente y a la vez amenaza su identidad, sobre todo cuando está hospitalizado.
El grupo musical le da la posibilidad de afirmar su autoestima y de sentirse parte de un grupo en el que es aceptado. El practicar - y aun escuchar - música en grupo crea un sentimiento de pertenencia y de solidaridad. Las relaciones entre las personas pueden ser corregidas, suavizadas y conducidas por canales de buena voluntad y cooperación. Las perturbaciones emocionales que desvían la personalidad inhabilitan el poder conectarse con el medio y establecer relaciones humanas armoniosas. Un grupo musical orientado terapéuticamente puede ayudar al paciente a comunicarse con las personas e integrarse a un equipo con el que experimenta un sentimiento de participación que le hace superar su aislamiento.

La musicoterapia brinda medios simples de proseguir el desarrollo gradual cuando es necesario, tanto en niños como en adultos. Un individuo puede estar preparado musicalmente para cantar o tocar instrumentos; pero no estar preparado psicológicamente para hacerlo en grupos. El musicoterapeuta debe trabajar con él individualmente y ayudarlo a afirmarse con la música en una relación individual, hasta que esté preparado para actuar en un grupo pequeño de oyentes o ejecutantes. El proceso es factible en hospitales que mantienen grupos musicales con fines terapéuticos, como ocurre en Estados Unidos.

Todos los terapeutas a cargo de grupos musicales están de acuerdo en que ayudan a satisfacer cierto número de necesidades sociales a los pacientes: les brinda la oportunidad de mostrar libertad de expresión, libera ciertas energías, ayuda a corregir o desarrollar algunas actitudes. El grupo musical es una situación protegida de la cual pueden surgir directores, se pide asumir responsabilidades, se les permite tomar decisiones en relación a ellos mismos y al grupo. Esto último es importante porque el paciente - por su situación de tal - se ha habituado a que otros tomen decisiones por él. Especialmente, los que están hospitalizados esperan que sean los demás los que asuman responsabilidades a su respecto. Esta sobreprotección hace que les parezca más difícil y amenazante el retorno a las responsabilidades después de ser dado de alta.

En una sesión musical es necesario tomar algunas decisiones, pues ningún grupo puede funcionar a menos que esté organizado y tenga dirección. En un grupo que hace música, cada miembro desempeña una parte y responde por ella. El musicoterapeuta debe alentar dentro de lo posible la participación plena de cada integrante, según su capacidad musical y social. En algunos hospitales o escuelas especiales, los pacientes dan conciertos a un auditorio invitado, generalmente parientes y amigos. Así el grupo puede comportarse como lo haría un grupo de aficionados normal en una situación como esa: nerviosidad en la escena, complacencia, ansiedad, el placer de actuar, la emoción de vivir un momento esperado después del esfuerzo desplegado en los ensayos, etc.

La tolerancia musical y social es la clave de esta relación interpersonal con fines terapéuticos. El buen comportamiento musical refleja las actitudes de casi todos los pacientes hacia ellos mismos y hacia los otros. Esta actitud quizás revele también necesidades insatisfechas de las cuales quizás la persona no es consciente: el retraído, el retrógrado, el perfeccionista, el fatuo o el egocéntrico reaccionan de diferente manera en una situación de grupo. Aunque el grupo musical es en esencia un grupo tolerante que se propone disfrutar, resistirá cualquier comportamiento indeseable que pueda perjudicar su funcionamiento y no tolerará elementos disolventes. Esto produce un efecto educador entre los miembros del grupo: se conforman a las reglas porque quieren ser aceptados.

La motivación de pertenecer a un grupo musical es fundamentalmente emocional. El musicoterapeuta procura que su grupo atraiga a diferentes tipos de pacientes. La mayor parte de ellos deseará reunirse por la música misma, la cual les proporciona placer y descanso. Otros lo harán por razones sociales, para sentirse pertenecientes a algo o para ser útiles de alguna manera que los haga merecer el reconocimiento de los demás. Cualquiera que sea la motivación, un musicoterapeuta experto procurará que cada cual obtenga beneficios del grupo.

Ya sea en un hospital, en un club o en una escuela para discapacitados, el grupo musical cumple una función importante en la institución. Ejerce una influencia en la comunidad, produciendo una impresión de placer real compartido por muchas personas.


Juliette Alvin

La Autoestima

LA AUTOESTIMA

Las creencias que tenemos acerca de nosotros mismos, aquellas cualidades, capacidades, modos de sentir o de pensar que nos atribuimos, conforman nuestra “imagen personal” o “autoimagen”. La “autoestima” es la valoración que hacemos de nosotros mismos sobre la base de las sensaciones y experiencias que hemos ido incorporando a lo largo de la vida. Nos sentimos listos o tontos, capaces o incapaces, nos gustamos o no. Esta autovaloración es muy importante, dado que de ella dependen en gran parte la realización de nuestro potencial personal y nuestros logros en la vida. De este modo, las personas que se sienten bien consigo mismas, que tienen una buena autoestima, son capaces de enfrentarse y resolver los retos y las responsabilidades que la vida plantea. Por el contrario, los que tienen una autoestima baja suelen autolimitarse y fracasar

Las personas somos complejas y muy difíciles de definir en pocas palabras. Como existen tantos matices a tener en cuenta es importante no hacer generalizaciones a partir de uno o dos aspectos. Ejemplos: psicologia

- Podemos ser muy habladores con los amigos/as y ser callados/as en casa.
- Ser un mal jugador de fútbol no indica que seamos un desastre en todos los deportes.
- Que no nos salga bien un examen no significa que no sirvamos para los estudios.

2. ¿CÓMO SE FORMA LA AUTOESTIMA?

- El concepto de uno mismo va desarrollándose poco a poco a lo largo de la vida, cada etapa aporta en mayor o menor grado, experiencias y sentimientos, que darán como resultado una sensación general de valía e incapacidad. En la infancia descubrimos que somos niños o niñas, que tenemos manos, piernas, cabeza y otras partes de nuestro cuerpo. También descubrimos que somos seres distintos de los demás y que hay personas que nos aceptan y personas que nos rechazan. A partir de esas experiencias tem¬pranas de aceptación y rechazo de los demás es cuando comen¬zamos a generar una idea sobre lo que valemos y por lo que va¬lemos o dejamos de valer. El niño gordito desde pequeño puede ser de mayor un adulto feliz o un adulto infeliz, la dicha final tie¬ne mucho que ver con la actitud que demostraron los demás ha¬cia su exceso de peso desde la infancia.

- Durante la adolescencia, una de las fases más críticas en el desarrollo de la autoestima, el joven necesita forjarse una identidad firme y conocer a fondo sus posibilidades como individuo; también precisa apoyo social por parte de otros cuyos valores coincidan con los propios, así como hacerse valioso para avanzar con confianza hacia el futuro. Es la época en la que el muchacho pasa de la dependencia de las personas a las que ama (la familia) a la independencia, a confiar en sus propios recursos. Si durante la infancia ha desarrollado una fuerte autoestima, le será relativamente fácil superar la crisis y alcanzar la madurez. Si se siente poco valioso corre el peligro de buscar la seguridad que le falta por caminos aparentemente fáciles y gratificantes, pero a la larga destructivos como la drogadicción.

- La baja autoestima está relacionada con una distorsión del pensamiento (forma inadecuada de pensar). Las personas con baja autoestima tienen una visión muy distorsionada de lo que sen realmente; al mismo tiempo, estas personas mantienen unas exigencias extraordinariamente perfeccionistas sobre lo que deberían ser o lograr. La persona con baja autoestima mantiene un diálogo consigo misma que incluye pensamientos como:

• Sobregeneralización: A partir de un hecho aislado se crea una regla universal, general, para cualquier situación y momento: He fracasado una vez (en algo concreto); !Siempre fracasaré! (se interioriza como que fracasaré en todo).

• Designación global: Se utilizan términos peyorativos para describirse a uno mismo, en vez de describir el error concretando el momento temporal en que sucedió: !Que torpe (soy)!.

• Pensamiento polarizado: Pensamiento de todo o nada. Se llevan las cosas a sus extremos. Se tienen categorías absolutas. Es blanco o negro. Estás conmigo o contra mí. Lo hago bien o mal. No se aceptan ni se saben dar valoraciones relativas. O es perfecto o no vale.

• Autoacusación: Uno se encuentra culpable de todo. Tengo yo la culpa, !Tendría que haberme dado cuenta!.

• Personalización: Suponemos que todo tiene que ver con nosotros y nos comparamos negativamente con todos los demás. !Tiene mala cara, qué le habré hecho!.

• Lectura del pensamiento: supones que no le interesas a los demás, que no les gustas, crees que piensan mal de ti...sin evidencia real de ello. Son suposiciones que se fundamentan en cosas peregrinas y no comprobables.

• Falacias de control: Sientes que tienes una responsabilidad total con todo y con todos, o bien sientes que no tienes control sobre nada, que se es una víctima desamparada.

• Razonamiento emocional: Si lo siento así es verdad. Nos sentimos solos , sin amigos y creemos que este sentimiento refleja la realidad sin parar a contrastarlo con otros momentos y experiencias. "Si es que soy un inútil de verdad"; porque "siente" que es así realmente

3. FORMAS DE MEJORAR LA AUTOESTIMA

La autoestima puede ser cambiada y mejorada. Podemos hacer varias cosas para mejorar nuestra autoestima:

Elaborar proyectos de superación personal

Una parte importante de nuestra autoestima viene determinada por el balance entre nuestros éxitos y fracasos. En concreto, lograr lo que deseamos y ver satisfechas nuestras necesidades proporciona emociones positivas e incrementa la autoestima.

Se ha apuntado como una forma de mejorar la autoestima el esforzarse para cambiar las cosas que no nos gustan de nosotros mismos. Vamos a trabajar sobre un método que puede hacer más fácil estos cambios. Este método está compuesto por cuatro pasos fundamentales:

Pasos para conseguir lo que se desea.

1. Plantearse una meta clara y concreta.
2. Establecer las tareas que se deben realizar para lograrla.
3. Organizar las tareas en el orden en que se deberían realizar.
4. Ponerlas en marcha y evaluar los logros que se vayan consiguiendo.

Veamos brevemente cada uno de estos pasos:

Primer paso: Plantearse una meta clara y concreta.

Una “meta” puede ser cualquier cosa que se desee hacer o conseguir. Plantearse una meta de forma clara y concreta ayuda a tener éxito porque nos ayuda a identificar lo que quere¬mos conseguir

La meta que nos propongamos ha de reunir una serie de requisitos. Debe ser una meta:
- SINCERA, algo que realmente queramos hacer o deseemos alcanzar.
- PERSONAL, no algo que venga impuesto por alguien desde fuera.
- REALISTA, que veamos que es posible conseguir en un plazo relativamente corto de tiempo (unas cuantas semanas).
- DIVISIBLE, que podamos determinar los pasos o cosas que hemos de hacer para conseguirla.
- MEDIBLE, que podamos comprobar lo que hemos logrado y lo que nos falta para alcanzarla.

Ejemplos:

- Obtener una buena nota en una asignatura
- Ser más popular
- Llevarse bien con los hermanos
- Hacer deporte
- Ahorrar dinero

Segundo paso: Establecer las tareas que se deben realizar para lograrla.

Una vez que hayan concretado la meta que desean alcanzar, pídales que piensen en lo que tendrían que hacer para conseguirla. No todo se consigue en un día; para conseguir mejorar en cualquier aspecto que te propongas has de hacer pequeños esfuerzos.

Póngales como ejemplo el caso de los ciclistas que participan en la vuelta ciclista a España. La meta de muchos de ellos es ganar la carrera. Pero para ello se tienen que superar a lo largo de tres semanas distintas etapas (etapas de llano, etapas de montaña, contrarreloj).

Tercer paso: Organizar las tareas en el orden en que habría que realizarlas.

Si se intenta llevar a cabo todas las tareas al mismo tiempo, es muy probable que no se consiga nada. Para lograr una meta es muy interesante que se ordenen las tareas que se deben realizar y se establezca un plan de trabajo.

Una vez que tengan la lista de las tareas que deben realizar pida que las ordenen. El orden se puede establecer de forma lógica, según la secuencia temporal en las que se tengan que realizar (para hacer una casa antes del tejado habrá que hacer los cimientos) o, en el caso de que las tareas no necesiten una secuenciación temporal, se puede empezar por las tareas más sencillas y que requieran menos esfuerzo, dejando para el final las más difíciles o costosas.

Cuarto paso: Ponerlas en marcha y evaluar los logros que se vayan consiguiendo.

Una vez elaborado el proyecto personal habría que comprometerse con él y ponerlo en práctica. Para llegar a conseguirlo es importante ir evaluando los esfuerzos realizados. Esto puede ser difícil hacerlo uno mismo, pero es relativamente sencillo si se pide a un familiar o a un amigo que nos ayude a evaluar nuestros progresos.


La psicología y la Danza


La relación de la psicología y la musicoterapia se amplía cada vez más con el paso del tiempo y la complejización de los síntomas que se manifiestan en la clínica diaria. Para comprender este desarrollo constante de la relación de la psicología y la musicoterapia proponemos realizar un recorrido por ambas disciplinas y sus aplicaciones.

La relación de la psicología y la musicoterapia crece solidamente. La psicología, etimológicamente remite al vocablo griego psyche que significa alma o espíritu y al vocablo logos que significa tratado. Es decir la palabra psicología indica que esta disciplina es la ciencia que se ocupa de la mente y de todos los aspectos que se relacionan con ella.


La definición moderna de psicología trabaja por un desapego de la filosofía a través de un carácter experimental y científico. Esto supone trabajar sobre los hechos observables y comprobables y dejar de lado la metafísica. Estudia y trata los fenómenos de la vida psíquica como distintos estados de la mente que se dan organizados en una estructura, particular y única en cada sujeto.


El siguiente paso para comprender la relación de la psicología y la musicoterapia no lleva a definir a esta última. La Asociación Argentina de Musicoterapia define esta práctica como: el uso de la música y sus elementos (como el sonido, ritmo, melodía y armonía) realizada por un musicoterapeuta calificado con un paciente o grupo, en un proceso creado para facilitar y promover la comunicación, las relaciones, el aprendizaje, el movimiento, la expresión, la organización y otros objetivos terapéuticos relevantes, para así satisfacer las necesidades físicas, emocionales, mentales, sociales y cognitivas.


Ahora bien puede verse la relación de la psicología y la musicoterapia. Debe entenderse que la musicoterapia es la aplicación científica de los sonidos con fines terapéuticos. El corte teórico que se aplica en la práctica dependerá de la formación artística y académica de los terapeutas.
La Musicoterapia tiene como fin desarrollar potenciales y restaurar las funciones del sujeto de manera tal que éste pueda lograr una mejor integración intrapersonal e interpersonal y lograr en consecuencia una mejor calidad de vida a través de la prevención, rehabilitación y tratamiento.

La musicoterapia busca, a través del entrenamiento en la escucha y la ejecución de los sonidos, la integración de lo cognitivo junto a lo afectivo y lo motriz logrando potenciar así el desarrollo de la conciencia y de los procesos creativos. La consecuencia directa es que facilita y promueve la comunicación y la expresión individual. Elementos fundamentales en la manutención de la salud mental.


La música es una forma de expresión que acompaña a la humanidad desde los comienzos, crea climas y enmarca toda clase de ritos. El hombre esta inmerso en el mundo del sonido, incluso antes de su nacimiento, el que exista nos permite comunicarnos y establecer relaciones personales. Desde este punto de vista en la terapia a través de los sonidos, todos los componentes provocan reacciones y cambios aprovechables dentro del tiempo de diagnóstico y rehabilitación.


Las influencias sonoras existen a lo largo de la vida del ser humano, entre las cuales podemos encontrar la influencia ancestral, que remite a sonidos que forman parte del individuo como por ejemplo, la respiración y el latido cardíaco.

Siendo lo oído un factor constitutivo del psiquismo del sujeto, la relación de la psicología y la musicoterapia promete mayores avances en beneficio de la salud mental y física de todo sujeto

Psicología


Este blog esta diseñado para aquellos profesionales, simpatizantes y todos aquellas personas interesadas en la Psicología Científico-Clínica. De forma pública, tolerante y respetuosa disfrutamos de discusiones y debates; enseñamos y aprendemos; colaboramos y compartimos nuestros conocimientos; transmitimos experiencias e intentamos ayudar.